ENTREVISTAS



ENTREVISTA EN EL PERIÓDICO LA VANGUARDIA
ENTREVISTA EN EL PROGRAMA DE RADIO "HOY POR HOY" DE RADIO CÓRDOBA (CADENA SER)
ENTREVISTA EN EL DIARIO LOCAL EL DÍA DE CÓRDOBA
ENTREVISTA EN LA WEB DE MANUEL MIRANDA (#DetrásDeLaArroba)
ENTREVISTA EN LA WEB DE MUNDOPALABRAS
ENTREVISTA EN EL BLOG "COSAS MÍAS"
ENTREVISTA EN EL PROGRAMA DE RADIO "DISTRITO ABIERTO" DE RADIO LUCENA
ENTREVISTA EN EL BLOG "LECTORA DE TOT"
ENTREVISTA DE RADIO EN EL PROGRAMA "LIBROS Y LIBRETOS", de Eiberoamérica.com
ENTREVISTA EN EL BLOG "ERIGINAL BOOKS"
ENTREVISTA EN LA PÁGINA WEB DEL ESCRITOR "VÍCTOR FERNÁNDEZ CORREAS" 
ENTREVISTA EN EL BLOG "LUGAR DE ENCUENTRO" de la escritora María José Moreno.
ENTREVISTA EN EL PROGRAMA DE RADIO "EL DESVÁN DE LA POESÍA". 
ENTREVISTA EN EL BLOG "LAS MENTIRAS QUE ESCRIBÍ".   
ENTREVISTA EN EL BLOG "DEPARTAMENTO DE LENGUA Y LITERATURA DEL I.E.S. "ANTONIO Mª CALERO" (Pozoblanco)
ENTREVISTA EN EL BLOG "LIBROS QUE VOY LEYENDO". 
ENTREVISTA EN LA WEB "MIS LIBROS PREFERIDOS". 
PASO POR EL PROGRAMA "AL DÍA", DE ONDA MEZQUITA TV. 
ENTREVISTA EN LA UNIVERSAL RADIO.

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ENTREVISTA PUBLICADA EN EL BLOG LIBROS, EXPOSICIONES, EXCURSIONES...
 
"Hoy os dejo una entrevista a Pilar Muñoz, la autora del libro “Ellas también viven. Relatos de mujer”.  Una autora y un libro muy conocidos en la blogosfera y que más de uno ya ha disfrutado de sus relatos. Hace poco más de un mes tuve la suerte de conocerla personalmente en Córdoba, y os puedo confirmar que es una mujer muy cercana, sencilla, familiar, con las ideas muy claras y una gran luchadora. Fueron unas horas en las que disfrutamos de una buena charla y en la que le pregunté algunas curiosidades que tenía sobre el libro, un tanto personales (la confianza da asco), pero ella me las contestó muy amablemente. Sus respuestas me parecieron muy interesantes, por lo que le propuse el recopilar parte de la charla, para que todos vosotros pudierais profundizar un poco más sobre la temática del libro y conocer algo más sobre ella".

El título es precioso y muy acertado. Refleja en la palabra vivir las inquietudes, vivencias, sentimientos, pensamientos y emociones de las protagonistas de los relatos. Lo de “Relatos de mujer” es algo que posiblemente te haya perjudicado, viendo que la gente es bastante reacia a leer relatos, que todas las historias son protagonizadas por mujeres, al pensar en el feminismo extremo y en batallitas de trapitos y maquillaje. Nada más lejos de la realidad. ¿Te has arrepentido alguna vez de añadirlo al título?
                                                                                                                  
Muchas veces. Era consciente del poder de atracción que tiene tanto una buena portada como un buen título, pero elegirlo bien puede resultar más complicado de lo que parece. Cuando añadí esas tres palabras fatídicas al título principal, pretendía ofrecer con ellas una imagen certera y clara del contenido del libro, pero no pensé que pudieran estar sujetas a interpretación, y que ésta pudiera estar tan alejada de la realidad. Como tampoco sabía que el relato, como género, gozara de tan poca aceptación, por decirlo suavemente.
 Supones bien, me ha perjudicado bastante. Podría añadir, incluso, que esa combinación de palabras ha sido una mezcla explosiva de carga negativa, porque al desfavorecido concepto que se tiene del relato, se ha unido, con bastante frecuencia, una imagen muy frívola de la mujer. Y lo más triste es que esto último ha llegado también de la mano de muchas de nosotras.


Todos los inicios son difíciles y más aún para un escritor novel. Tú misma has tenido y tienes que luchar por hacerte un nombre dentro del panorama literario, acercar los relatos a la gente y demostrar que este género literario es tan bueno como una novela. Se trata de contar en pocas palabras una historia que enganche, te intrigue y te sorprenda. Tú lo has conseguido y creo que poco a poco vas cambiando la mentalidad de los lectores y estos se acercan más a este género relegado a un segundo plano. A través de los blogs se puede ver un pequeño cambio y la gente parece dispuesta a descubrir lecturas y géneros diferentes, ¿Crees tú que tanto trabajo y lucha por defender tus relatos está mereciendo la pena?

En esta aventura en la que me he embarcado, me veo obligada a hacer un doble esfuerzo: el de defender al relato, en general, y defender los míos, en particular. Y tengo que confesar que está siendo muchísimo más agotador de lo que esperaba, hasta el punto de haber sentido en más de una ocasión el impulso de tirar la toalla. Pero cuando alguien acaba leyendo mis historias (en algunos casos, después de haberle dado mil vueltas al libro sin atreverse a abordarlo) y me dice que he contribuido a cambiar su concepción del género y a que se reconcilie con el mismo, el subidón de adrenalina es tal, que vuelvo a recoger la toalla para subirme de nuevo al rin y seguir peleando por que lleguen hasta donde alcancen mis posibilidades. Pero hay muchas veces en que dudo si debo seguir o no, porque resulta muy frustrante que después de ser conocido en una parte aceptable de la blogosfera y con muchas buenas críticas y reseñas excelentes a la espalda, aún siga despertando el suficiente recelo como para que descarten la posibilidad de leerlo en igualdad de condiciones que cualquier otra novela.
Supongo que todo es cuestión de tesón y paciencia. Mientras ésta no se agote, lo seguiremos intentando :-) De cualquier forma, esta experiencia está resultando para mí preciosa, interesante y muy, muy enriquecedora a nivel personal. Sólo por eso, y aunque todo terminara aquí y ahora, el camino recorrido y el esfuerzo invertido me habría merecido la pena, sin duda.

 
Todos los relatos están escritos en primera persona, algo que nos acerca muchísimo a las protagonistas y consigue que  vivamos con ellas sus experiencias y pensamientos de primera mano. Son historias cotidianas que están a la orden del día. ¿Qué pretendes dar a entender con estas historias?

Solemos prestar mucha más atención a lo ajeno que a lo propio, a lo extraño que a lo conocido, a lo raro que a lo común, a lo esporádico que a lo cotidiano… Pero no tiene por qué ser más importante, ni por qué tener más trascendencia. Pasamos de puntillas por todo cuanto acontece a nuestro alrededor y estamos tan acostumbrados a tenerlo cerca que lo miramos pero no lo vemos.
Yo creo que detrás de cada rostro con el que nos cruzamos o con el que en cierta forma convivimos puede haber escondida una gran historia que contar, una vivencia con la que emocionarse o una sencilla experiencia de la que aprender. Y eso es justo lo que yo pretendo, llamar la atención sobre ellas sacándolas a la luz y demostrar que puede removerse algo fuerte dentro de nosotros con cada una de estas historias y que su huella puede perdurar en nuestra mente, o en nuestro corazón, durante mucho tiempo después de haberlas compartido.


En estas historias hay mucha profundidad en los temas tratados. Hay pasión, violencia, supervivencia, prostitución, acoso, discriminación, amor, etc. Nos cuentas las vivencias con tantos detalles y sentimientos que es imposible no emocionarse, llorar, reír, sufrir… Parece que todo te ha pasado a ti. ¿Alguien de tu alrededor ha pasado por situaciones similares?

Es imposible afirmar que nadie de mi alrededor ha pasado por situaciones similares, porque éstas son extremadamente frecuentes, demasiado cotidianas. Sin embargo, tan sólo en tres o cuatro de las historias que se cuentan he tenido a estas personas lo suficientemente cerca como para conocer de primera mano y en profundidad sus sentimientos y emociones y poderlos relatar. En todos los demás casos, la imaginación y la empatía han sido las precursoras de cada historia. Ponerme en la piel de la protagonista y sumergirme en su vivencia mentalmente me ha permitido “sentir” todo ese cúmulo de emociones que después he trasladado al papel. Reconozco que escribirlos en primera persona ayuda, porque es mucho más fácil identificarse con ellas. Afortunada o desafortunadamente, pocas cosas de las que aparecen en el libro las he vivido yo en realidad.

En “falsa apariencia” Lucía tiene que ejercer la prostitución para sobrevivir a la crisis y poder ayudar a su familia. Todos en algunos momentos hacemos cosas que nunca hubiéramos deseado, pero el amor por los nuestros es más fuerte. ¿Crees que la gente valora el sacrificio de estas mujeres? ¿O seguimos ante un tema tan machista en el que siempre será una profesión mal vista?


Vender nuestro cuerpo sigue considerándose como algo denigrante, por todo lo que envuelve al mercado del sexo y porque los estamentos sociales y políticos no han procurado tampoco dignificar la profesión –con independencia de que existan o no razones válidas para hacerlo-. Y cuando algo se considera denigrante o sucio se reprueba directamente, sin entrar a analizar los motivos que nos han podido obligar a llegar hasta ahí, lo cual hace muy difícil el justificarla y, en consecuencia, llegar a valorar el probable sacrificio de quien la ejerce. El prejuicio y la discriminación en la prostitución son palpables y tardaremos en eliminarlas porque tenemos inculcadas muchas ideas preconcebidas que son fruto de nuestro acervo moral y cultural y que no nos paramos ni a cuestionar: resulta paradójico que socialmente la cataloguemos como una forma “fácil, rápida y cómoda” de ganar dinero, y que sin embargo, si nos planteamos la posibilidad de ejercerla, muchos de nosotros retrocedamos porque se nos revuelven las tripas de solo pensarlo.


 Mis familiares y amigos están un poco dolidos del tiempo que paso delante del ordenador. Van viendo como a través de una pantalla uno encuentra a personas con las que compartir buenos momentos y ellos se ven un poquito abandonados. En “una abierta infidelidad” los celos y el abandono de las personas que tenemos al lado dan mucho que pensar. ¿En tu caso, piensas que como autora es inevitable dedicar tanto tiempo al ordenador?


Al hecho de ser autora, hay que añadir el de ser autoeditada, lo cual implica que además del tiempo que dedicamos a escribir, si queremos ver nuestra obra promocionada y difundida no nos queda otra que emplear tiempo y esfuerzo en ello, y hoy día, una de nuestras mejores y más efectivas herramientas está en la red: revistas literarias, blogs y redes sociales. Resulta por tanto inevitable pasar más tiempo del que sería deseable delante de un ordenador, pero creo que, como en todo, deberíamos imponernos ciertos límites para no vernos arrastrados por esta vorágine y desbancar otros aspectos de nuestra vida que también merece la pena disfrutar y a los que tenemos que prestar la debida atención, y por supuesto a quienes tenemos al lado. Está claro que todo es cuestión de prioridades, pero yo, en mi caso concreto, intento ahora mantener un equilibrio entre todo lo que gira en torno al mundo de la escritura, mi familia, mis obligaciones diarias y algunas otras actividades de ocio. Creo que la clave está en organizarse, decidir previamente cuánto y cuándo ponernos delante de la pantalla y acatarlo con disciplina, aunque reconozco que no siempre es fácil de cumplir. 

                                                                                 
“Entre dos fuegos” es uno de los relatos que más gusta a los lectores. Yo tengo un recuerdo muy bonito de él, ya que me lo leyó una amiga y no pude evitar emocionarme, tú tienes una parte grabada en audio, ¿Qué crees que tiene que llama tanto la atención?

Atracción sexual, amor, celos, conflicto pasional… Todo ello, ya de por sí, suele despertar interés, pero si además le añadimos las etiquetas de “prohibido” e “infiel”, el morbo que la historia genera la hace muy atractiva para el lector.
Cuando escribí este relato, no lo hice con tal intención (la de generar morbo), sino con la idea de mostrar una dualidad sentimental y emocional latente en la protagonista que hasta hace relativamente poco tiempo sólo parecía ser posible entre el género masculino (por una mera cuestión de educación moral), pero que sin embargo, hoy día, también fluye en las mujeres en mayor medida de la que pensamos.

 
Todas las historias son sorprendentes y te dejan pensando  si ante situaciones similares actuaríamos como las protagonistas. En mi caso hay veces que si y otras que no, pero nunca podemos saber a ciencia cierta cómo actuaríamos si algún día nos ocurren. ¿Tú piensas como ellas?

No en todos los casos. Yo, al igual que muchísimas mujeres de las que han leído el libro, puedo sentirme identificada o reconocer las situaciones en las que se ven inmersas las protagonistas, su forma de percibirlas, los sentimientos, sensaciones y emociones que les evocan…, pero su forma de afrontarlas y de resolverlas puede que sea lo más variable en todo ese proceso, lo que más cambia de unas a otras. Creo que ahí, en ese punto, ya no podemos hablar de “la mujer”, sino de “las mujeres”, porque existen distintos modelos con formas diferentes de reaccionar ante tales vivencias. A algunas las he aplaudido, pero a otras las hubiera zarandeado para que reaccionaran de forma contraria, según mi propia forma de interpretar la situación. 

Muchísimas gracias, Pilar, por querer compartir con todos los lectores esta entrevista tan personal y sincera. Fue un placer el conocerte y descubrir a una gran mujer, gracias por ser como eres.

Tengo que decir que el placer fue mutuo. Hay personas que hacen que te resulte fácil sincerarte con ellas y con las que una es capaz de estrechar lazos de amistad en muy poco tiempo y sin apenas darte cuenta, y tú eres una de ellas. Me encantó conocerte personalmente, aunque sólo fuera durante esas tres horitas que pasaron en un suspiro y te agradezco enormemente que fueras tú quien lo hiciera posible.

Gracias por los halagos que me has dedicado al principio y gracias a ti por concederme el honor de ser entrevistada por la misma “cronista y periodista literaria” que entrevistó en su día a la gran Mari Jungstedt. ¡No se puede pedir más! :-) Y, por supuesto, gracias a todos los que os habéis acercado a este blog dedicando un poquito de vuestro tiempo a conocer lo que hablamos.

Un beso a todos."
 
ENTREVISTA PUBLICADA EN EL BLOG YO SOY BIBLIOFILA


"La primera vez que vi el libro de Ellas también viven fue en un concurso de un blog, me pareció curioso, pero reconozco que estuve dudando en si participar o no, ya que no tenía muy claro si realmente me gustaba. Finalmente me decanté por hacerlo, pero no me tocó.
La segunda vez fue por MaryLin: -Quizás te guste –me dijo. De nuevo me asaltó la duda y finalmente me decidí a leerlo, cosa de la que por cierto no me arrepiento, porque además de descubrir un libro totalmente alucinante, conocí a su autora, una gran persona donde las haya."


-Hola y, por supuesto, bienvenida. Vamos a comenzar, si te parece, directamente a hacerte preguntas relativas a tu libro y luego alguna curiosa. ¿Preparada?
-Preparada, pero antes permitidme que os de las gracias por invitarme, es un placer estar aquí.

-Gracias a ti. ¿Te planteaste desde un primer momento autoeditar tu libro? Si no es así, ¿por qué finalmente lo hiciste?
-Opté directamente por la autoedición, no lo sometí al criterio de ninguna editorial. De haber tenido que tomar la decisión ahora, tal vez hubiera agotado esa posibilidad, pero claro, en estos momentos dispongo de una información en relación al libro que antes desconocía, como es la gran aceptación y buenas críticas que está recabando entre quienes lo han leído. En su momento, cuando sólo era un manuscrito, tomé la decisión dejándome llevar por las evidencias y atendiendo a la opinión unánime de páginas literarias que auguraban una tremenda dificultad para publicar a los autores noveles, dadas las circunstancias del mercado actual. Yo no sólo era autora novel, sino que además, tanto mi carrera profesional como mi formación académica nada tenían que ver con la literatura y tampoco era conocida por el público por ninguna otra circunstancia. Con esos factores en contra, un libro de relatos bajo el brazo, que no novela, y desconociendo de antemano si gustaría en la medida en que lo está haciendo, ni lo dudé. Yo misma me anticipé una negativa más que probable, pero no segura.

-¿Cuántas vueltas le das a un escrito antes de darle el visto bueno?
-Infinitas. Todo debe encajar y estar en su sitio, tanto en el fondo como en la forma. En los relatos, además, es de vital importancia elegir las palabras justas de la manera justa, porque hay una necesidad imperiosa de transmitir lo más y lo mejor posible, en un espacio a veces demasiado breve.

-¿Cómo surgió el título del libro? ¿Y los de las historias que lo componen?
-Los títulos de las historias pretenden ser un compendio de su contenido, una brevísima descripción de la historia que se cuenta poniendo un cuidado extremo en no desvelar ni anticipar nada que pueda ser crucial en el desarrollo del relato, y mucho menos en su desenlace.
En cuanto al título del libro, buscaba uno que recogiera, de forma significativa, el cariz de los relatos que compondrían el libro, centrándome en las experiencias, pensamientos, sentimientos y emociones vertidas en cada historia, más que en el desarrollo de la trama en sí. Después de muchos intentos por no dejar fuera ninguno de esos aspectos, me di cuenta de que todo se resumía en una sola palabra: vivir.

-¿A quiénes va dirigido el libro?
-A todos aquellos que estén dispuestos a implicarse en cada una de las historias dejándose emocionar y sorprender. Cuando hablo de emociones me refiero a un amplio abanico de ellas: amor, humor, pasión, intriga, ansiedad, desesperanza, fortaleza, alegría… Cuando hablo de sorprenderse me refiero a quedarse estupefacto unos segundos hasta llegar a asimilar lo que acaba de ocurrir (y ese es el momento en el que muchos dejan escapar algún taco).
Va dirigido, pues, tanto a hombres como a mujeres, porque cada uno de ellos puede encontrar diferentes aspectos en el libro que le van a hacer sentirse atraídos por él, aunque éstos no sean los mismos para unos que para otros.

-¿Qué mensaje quieres enviar con esta obra?
-Que no es necesario cambiar de escenarios, trasladarse a otras épocas diferentes, recrear ambientes exóticos o hacer un verdadero alarde de imaginación para contar buenas historias. Las tenemos a nuestro alrededor. Ni siquiera hay que buscarlas, sólo detenerse a mirarlas. Y todas esas historias tan sumamente realistas y que invitan a la reflexión son susceptibles de convertirse en buenos relatos literarios jugando un poco con la narración y añadiendo unas mínimas pinceladas de ficción que les aporten esa intriga, tensión, emoción, incertidumbre o sorpresa que tanto nos atrae y nos invita a seguir leyendo.

-Para toda esa gente que no conoce aún tu libro, preséntalo de una manera original.
-“Imagina una ventana abierta al interior de cada una de nosotras desde la que puedas ser partícipe de nuestras historias, de nuestras experiencias personales, profesionales o familiares transformadas en vivencias alegres, amargas, terribles o apasionadas, impregnadas de sentimientos y emociones que te conmoverán. 
Explora nuestros rincones del alma, del corazón, del instinto y de la razón. 
Adéntrate en nuestro mundo, déjate sorprender y desliga, si eres capaz, lo ficticio de lo real.”

-¿Tienes alguna anécdota o curiosidad interesante relacionada con el libro?
-Bueno, más que interesante… graciosa, o simplemente curiosa. Al tratarse de relatos escritos en primera persona y protagonizados por mujeres, mucha de la gente que me conoce tiende a pensar que las historias que cuento las he vivido en realidad. Algunos opinan que no se pueden describir los sentimientos con tanto realismo si no se han experimentado en propia piel. Otros bromean jocosamente con mi marido incitándolo a descubrir si alguna que otra infidelidad de las que aparecen en el libro lo es también en lo real.

-Si tuviera una banda sonora, ¿cuál sería?
-“Harmony”, la música del booktrailer de promoción. No sé si alguna otra se adaptaría mejor, pero ésta me parece preciosa y estoy ya tan acostumbrada a identificar la imagen del libro con ella que ya no concebiría escuchar otra de fondo. 

-Si te encontraras en alguna de las situaciones de las mujeres de tu libro, ¿crees que reaccionarías de la misma manera?
-En algunas puede que sí, pero en otras no. Aunque en un momento puntual pudiera sentir lo mismo que ellas –que no siempre-, mi forma de actuar sería distinta.

-Aunque tu obra de relatos consta de dieciséis, escribiste más, ¿en un futuro podrían ser parte de otro libro?
-No me atrevo a anticipar nada, en este aspecto me dejo llevar por lo que me pide el cuerpo, por lo que me apetece hacer y disfrutar en cada momento. A día de hoy te diría que no porque me apetece cambiar de registro, pero nunca se sabe. Aunque soy muy racional, también suelo moverme por impulsos y algunos de verdad que son irrefrenables.  

-Has escrito una carta a Papá Noel protagonizada por un niño llamado José Alberto que apenas tiene para vivir. Una vez más, pone los sentimientos a flor de piel. ¿Te atreverías a contestar con una mini carta a este niño?
Para leer la carta de la que hablamos:

Carta a Papá Noel
-¡Vaya preguntita, guapas! :-) Menuda tesitura en la que me habeis puesto teniendo que consolar a José Alberto sin poder contarle la verdad, porque claro, eso deben hacerlo sus padres, no yo. En fin, después de poner a trabajar un poco la imaginación, ésta es la carta que podría escribirle:

“Querido José Alberto:
Soy Pilar, una amiga de Esteban, tu maestro de español. Me ha contado lo ocurrido con la carta a Papá Noel  que escribiste.  Yo pienso que debió perderse en el camino porque son miles y miles las que él recibe cada año. Aún así, quiero contarte una pequeña historia:
 Hace muchísimo tiempo, un hortelano viejito decidió plantar árboles en su jardín. Por ello, depositó las semillas en la tierra con sumo cuidado y comenzó a regarlas y a abonarlas todas las semanas. Pero un día, el viejito enfermó y sus piernas comenzaron a flaquear, apenas le sostenían un rato en pie.  Cada mañana, comenzaba a regar sus arbolitos con mucho cuidado, pero no siempre conseguía llegar hasta el final porque sus piernas se cansaban demasiado. Cuando eso ocurría, los últimos arbolitos tenían que esforzarse en llegar hasta donde había agua, estirando sus raíces todo lo que podían, mientras que los primeros permanecían en el mismo lugar, porque siempre tenían agua para comer. Cada vez que el viejito dejaba los últimos árboles sin regar, a éstos les nacía una nueva raíz y las demás crecían, forjando en el árbol un corazón fuerte y robusto, acostumbrado a sobrevivir. El día que el viejito murió, ningún árbol pudo beber, pero los últimos estaban acostumbrados a la adversidad y a las dificultades y consiguieron salir adelante. Sin embargo,  a los primeros se les enfermó el corazón al no recibir el agua y los cuidados de siempre.
No estés triste, Jose Alberto, porque al igual que los últimos arbolitos, con cada dificultad que consigas superar, tu corazón de niño se hará más y más fuerte, más y más noble, y ese regalo te acompañará siempre y hará de ti la mejor persona del mundo.
Un beso muy muy fuerte.
                                                                                                                                   Pilar.”
(Digna respuesta para esa preciosa carta)
-Estás recibiendo muy buenas críticas de tu libro por parte de los blogs y sé que intentas estar al tanto de ellas, ¿qué opinas de los blogs literarios?, ¿crees que ayudan en cierta medida a los nuevos autores?
-Me parecen una forma muy bonita de compartir la afición por la literatura y la pasión por la lectura, y muy loable la labor de difusión cultural que realizan actuando de escaparate para hacernos llegar los títulos con mayor detalle del que ofrece una simple sinopsis. Pero sobre todo me sorprende y me agrada que existan esos lazos de amistad entre muchos de ellos, hasta el punto de que parezcan formar una gran familia.
Los blogs literarios no ayudan a los nuevos autores en cierta medida, los ayudan en gran medida. Es prácticamente lo único que tenemos para poder traspasar las fronteras de nuestra localidad en la promoción de los libros. Pero lo más grato y lo más admirable, al menos para mí, es que su implicación sobrepasa lo estrictamente literario para alcanzar el terreno de lo personal. Muchos de ellos no se limitan a mostrar el libro, aúpan también al autor con sus palabras efusivas y, en muchas ocasiones, cálidas y emotivas.
Mi relación con la blogosfera comenzó hace poco tiempo, de una forma muy tímida y con el propósito inicial de poder mostrar mi libro poniendo un cuidado sumo en no utilizar egoístamente a nadie, ni forzarlo con el único propósito de dar a conocer el libro. Ahora puedo decir que su descubrimiento ha sido para mí uno de los aspectos que más satisfacciones me ha dado desde que inicié esta experiencia. Fíjate que antes de publicar el libro di por supuesto que contaría con el apoyo de ciertas personas allegadas y de ciertos colectivos conocidos para comenzar a abrirme camino en la difusión del libro y sin embargo, han sido muy pocos los que han actuado como yo esperaba de ellos. A la gente que está detrás de los blogs literarios no los conocía absolutamente de nada y ellos a mí tampoco, pero me han tendido una mano (en ocasiones, la dos) y se han brindado a ayudarme en bastante mayor medida que muchos de estos conocidos a los que antes me he referido. Eso me ha calado hondo y es una de las impresiones más bonitas que guardo desde que inicié esta andadura. Vaya desde aquí mi agradecimiento a todos ellos por el trato que me han dado.

-¿Cuál es ese libro que siempre te habría gustado leer pero nunca lo has hecho?
-El Quijote. Me parece imperdonable que un referente en la literatura del calibre del Quijote no lo haya leído aún. Pero es que no puedo con él, que me perdone Cervantes, por favor. 
(MaryLin ha leído el libro entero y yo la primera parte y a ambas nos ha gustado)

-De todo lo que has aprendido desde la publicación de tu obra, algo que nos quieras transmitir a todos los que ansiamos con ser futuros escritores.
-No me considero digna de dar consejos, precisamente una de mis metas es aprender de los demás. Tal vez les diría que caminen paso a paso, sin grandes metas iniciales que les impidan disfrutar de los pequeños logros por lamentarse de lo que aún no han podido conseguir. Cuando una no espera nada, cualquier nimiedad positiva que te llegue te sabrá a gloria. Y que nunca confíen en su propio criterio para analizar sus obras, el narcisismo es muy mal consejero.

-Muchísimas gracias por todo. Ha sido un placer leer tu libro y hacerte esta entrevista. Espero que sigas siendo tal y como eres.
-Gracias a vosotras por pensar en mí. Y gracias a ti, Sarah, por tu consideración hacia mi libro y hacia mí misma, por defenderlo con palabras salidas del corazón y por la cercanía que has mostrado siempre. Y gracias también a vuestros lectores por tener la santa paciencia de escucharme.
Un beso y hasta siempre.


  ENTREVISTA PUBLICADA EN EL BLOG LIBROS QUE VOY LEYENDO



En primer lugar, cuéntanos algo de ti. ¿Con qué tres palabras te describirías?
Me ruboriza hablar de mí misma, siempre he preferido dejar que sean los demás quienes me vayan descubriendo poco a poco, pero bueno, os podría decir que soy como una buena parte de las mujeres de este país: trabajadora, compañera (es que lo de “esposa” me suena un poco carca), madre abnegada y con muchas inquietudes personales que me hacen rebelarme ante la idea de no poderlas cumplir. Ahora estoy, además, en una etapa de mi vida en la que tiendo a cuestionar todo lo que me rodea, despojarlo de lo superfluo y quedarme sólo con lo que de verdad merece la pena.
¿Tres palabras para describirme? ¿También cuentan los defectos? Ufff, no sé si tengo tanta capacidad de síntesis. A ver, dejadme que lo piense… … (2 horas) … …: sensible, tenaz y muy racional, y si me lo permitís, añadiría que una enemiga acérrima de la prepotencia y de la falta de humildad. 
¿Recuerdas qué fue lo primero que escribiste?¿Cómo y cuándo supiste que querías ser escritora?
Lo primero que tengo conciencia de haber escrito fue una colección de cuentos cuando tenía ocho o nueve años. Los escribía en las hojas de mi cuaderno de rayas, los ilustraba y coloreaba y los encuadernaba con cartulina de colores para que tuvieran portada propia.
En cuanto a la segunda pregunta, creo que voy a salirme completamente del tópico. Nunca me planteé “oficialmente” ser escritora y lo más curioso es que sigo sin planteármelo. En primer lugar, porque me parecería, hoy por hoy, una pretensión muy ambiciosa, teniendo en cuenta el respeto que les tengo. Pero sobre todo, porque me apasiona escribir y transmitir ideas, experiencias, pensamientos, emociones o sentimientos, y eso hace que sea especialmente celosa de lo que quiero contar y de cómo quiero contarlo, hasta el punto de no estar segura de poder adaptarme a las directrices del mercado o a las exigencias editoriales introduciendo cambios que hagan la obra más rentable o comercial, si éstas van en contra de lo que yo siento.
Os voy a contar un detalle que me hizo ser consciente de todo esto. Antes de editar el libro pedí un informe de lectura a profesionales de la escritura y de la literatura para garantizar que tenía calidad suficiente como para sacarlo a la luz pública. En general, el informe fue bastante bueno y favorable, pero uno de los “defectos” que me señalaron fue el hecho de haberlos narrado en primera persona; según ellos, hacerlo en tercera persona hubiera sido, a nivel literario, más eficaz. Si mi máximo objetivo hubiera sido vender la obra, habría tenido que reescribir todos los relatos modificando la narración. Sin embargo, al ser autoedición, los publiqué tal cual porque yo sentía la necesidad de expresarlos de esa forma. Cuando en tu reseña, Lourdes, aludiste a la conexión entre las protagonistas de los relatos y tú –como lectora-, porque “era como si una amiga te estuviera contando su historia en el sofá de tu casa”, no sabes lo feliz que me hiciste, porque esa cercanía, esa empatía del lector hacia la protagonista era precisamente lo que yo pretendía conseguir, y al menos contigo, así había sido. Pero fue una decisión contraria a las “directrices oficiales”.
¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Tienes algún tipo de rutina establecida a la hora de ponerte a escribir?
En absoluto. Me da reparo decirlo porque puede parecer que no me tomo en serio el hecho de escribir, pero es que en mi vida, desafortunadamente o no, hay otras muchas circunstancias disputándole el tiempo a la escritura, así es que me resulta imposible dedicarle un tiempo y un lugar específico. No hay rutina que valga. Este libro lo he escrito en la cocina, al olor de un buen guiso; en el salón, en compañía de Disney Channel; en la biblioteca del Conservatorio de Música, entre sonidos de violines; incluso en el coche, a las puertas del campo de fútbol en las horas previas a un partido; y siempre con un bolígrafo y un papel a mano para las menudencias. Si después de esto ha salido bien, ¡afortunada me siento!
Cuando te pones a escribir, ¿Tienes en mente lo que vas a escribir o vas improvisando?
Sé lo que quiero contar y dispongo ya de un hilo argumental básico, pero me faltan los detalles. Ya he aprendido que no es necesario que todo esté trazado de antemano minuciosamente, porque en muchas ocasiones la propia historia te va indicando el camino.
Incluso los propios personajes, conforme adquieren coherencia, parece que se rebelan a manifestarse cómo tú lo habías previsto inicialmente. 
Para aquellos que no conozcan “Ellas también viven. Relatos de mujer”, preséntasela. ¿Cómo la definirías?
“Ellas también viven” es como una ventana abierta al interior de cada una de nosotras, desde la que podéis ser partícipes de nuestras historias, de nuestras experiencias personales, profesionales o familiares transformadas en vivencias alegres, amargas, terribles o apasionadas, impregnadas de sentimientos y emociones que sin duda os conmoverán y con las que, en muchos casos, no podréis evitar sentiros identificadas, directa o indirectamente. Es un paseo que os llevará, de la mano de sus protagonistas, a sumergiros en un mundo de vivencias y experiencias que os cautivarán no sólo por lo que ellas viven, sino por cómo lo viven, y que además os dará la oportunidad de veros sorprendidas por un final que no os dejará indiferente.
¿De dónde surge la idea de escribir este conjunto de relatos?
Aunque me pese decirlo, creo que la culpable de todo esto fue esa maldita crisis de los 40 de la que yo tantas veces me había reído, pensando que era una patraña que jamás me afectaría a mí . Pero me equivoqué. No fue un cuestión física (ya sabéis, las arrugas, la grasa o los maléficos efectos de la gravedad), sino una cuestión puramente psicológica. Me encontré un día, de repente, replanteándome quién era, quién quería ser, lo que había hecho en mi vida y lo me faltaba por hacer. Y por extensión, no sólo me cuestioné a mí misma, sino a todos y a todo cuanto tenía a mi alrededor. ¡Jamás he tenido la mente tan repleta de preguntas trascendentales sin respuesta! Supongo que este conjunto de relatos fue una de las consecuencias de todo ese inconformismo crítico que no paraba de bullir.
¿Quiénes son las protagonistas?
Mujeres normales y corrientes, como nosotras mismas, como nuestras hermanas, madres, hijas, amigas, vecinas… Cualquier mujer de nuestra sociedad actual podría ser, perfectamente, protagonista de uno de estos relatos.
¿Por qué escribir en torno a la mujer? ¿Somos realmente tan diferentes a los hombres?
Una buena amiga (cuarentona, igual que yo, y en la misma tesitura mental) me alentó a escribir algo en torno a los hombres y a su, en ciertos casos, peligrosa afición al ordenador (¡no he dicho “adicción”, ¿eh?!). Yo, en lugar de hacerlo en forma de ensayo sociológico o como reportaje de investigación, decidí hacerlo como relato literario, con un cierto deje de ironía y con tintes de ficción, pero con un trasfondo que dejaba entrever claramente un problema real. Le encantó, tanto que a los pocos días ya lo había leído casi todo su círculo de amistades. Ese fue el primer relato de esta recopilación. Días después, leyendo la prensa mientras tomaba un café, leí la triste noticia de que un estudio sociológico revelaba un incremento en el número de mujeres que se habían visto obligadas a ejercer la prostitución como consecuencia de la crisis económica. Pensé, automáticamente, que aquello merecía ser el argumento de un segundo relato. A partir de ese momento me di cuenta de que tenemos muchas cosas que contar, de que vivimos muchas experiencias y que nos vemos envueltas en muchas tesituras que merece la pena compartir con los demás en toda su magnitud, física y emocional. Me di cuenta de que no es necesario trasladarse de época o de entorno, ni hacer un verdadero alarde de imaginación para encontrar buenas historias que narrar. Las tenemos junto a nosotros a diario.
¿Me preguntáis si somos realmente tan diferentes a los hombres? Yo lo afirmo rotundamente. Es políticamente correcto decir que somos iguales, pero yo digo que en derechos y obligaciones, nada más. Biológicamente somos diferentes y actitudinal y emocionalmente, también, para mí no hay duda. No percibimos, manifestamos, sentimos y afrontamos las cosas de igual forma, aunque acabemos llegando al mismo sitio; los sentimientos y las emociones las experimentamos de manera diferente, tanto en cualidad como en intensidad y no siempre en los mismos momentos. Eso nos condiciona la vida muchísimo. Creo que deberíamos ser más conscientes de que tales diferencias entre nosotros son reales; ello aumentaría nuestra tolerancia y comprensión mutua y nos llevaríamos mejor. 
Me emocioné con muchas de las historias porque sé que muchas de ellas pueden estarlas viviendo mujeres cercanas a nosotros o incluso en un futuro vivirlas nosotros mismos. ¿Era esa tu intención?
Totalmente. Muchas veces, cuando tenemos las cosas tan cerca, la costumbre de verlas a diario hace que pierdan la perspectiva y hasta su significado, su importancia se desvanece. No está de más sacudirnos un poco de vez en cuando para volver a ser conscientes de su magnitud real.
¿Cuál fue la historia que más te costó escribir y por qué?
Ninguna se me ha resistido excesivamente, tal vez algunas de ellas han tenido mayor complicación por aquello de cuidar con un exceso de celo el factor sorpresa, pero nada especial. Quizá el relato más complejo fue el de “Carta a una madre”, por la implicación emocional que suponía para mí y por el cuidado excesivo que tuve que poner para no regodearme en el dolor. 
Si tuvieras que elegir uno de los relatos a modo de presentación de tu libro, ¿Con cuál sería?
Me resulta complicado elegir uno porque todos son muy diferentes. Aunque el nexo común sea la mujer, esta recopilación recoge emociones diferentes y estilos literarios distintos en cada relato. Elegir uno induciría a pensar que ese es el estilo global del libro y nada más lejos de la realidad. 
¿Qué fue lo más difícil a la hora de escribir este libro?
Decidir cuándo parar. Seguía viendo buenas historias aflorando en cada rincón y no había ninguna justificación aparente para recopilar un número de relatos u otro. Han sido dieciséis como podían haber sido treinta. 
¿Cómo es el estilo en el que está escrito “Ellas también viven. Relatos de mujer”?
Cercano y visceral, pero con un lenguaje cuidado. Sólo hay expresiones coloquiales cuando el argumento lo requiere, en los demás casos, me gusta elegir con detalle cada palabra, cada expresión, hasta el orden en las frases para que tengan una musicalidad especial. Da sensación de lectura fácil, ágil y amena. 
¿Con qué sensación crees que acabará el lector cuando acabe la lectura del libro?
Hasta ahora, todos coinciden en lo mismo: algo se les ha removido por dentro con la lectura del libro. Eso es lo que pretendo. Las historias podrán gustar más o menos, pero deben provocar algún tipo de reacción, a ser posible, acorde con el relato: serenidad, nostalgia, emoción, tristeza, miedo, incertidumbre, ansiedad, risa… Espero que todos se queden con ganas de disfrutar de más relatos, al igual que tú, señal inequívoca de que han gustado. 
Me hubiera encantado poder disfrutar de más relatos, de más historias ¿Te planteas escribir una segunda parte?
De momento no me planteo una segunda parte, pero con estos cambios vitales  prefiero no asegurar nada. Aunque historias puede haber miles, creo que ya existe una buena representatividad emocional en estos dieciséis relatos. Tal vez sea hora de plantearse un pequeño giro temático.
¿Quiénes fueron los primeros en leer “Ellas también viven. Relatos de mujer”?
Al tratarse de relatos lo fueron leyendo por partes. En casi todos los casos, una amiga y mis hermanas. 
¿Cómo está siendo la promoción? ¿Qué medios estás utilizando?
Supongo que los típicos en la autoedición, dados los medios limitados de que disponemos. Web literarias, blogs propio y ajenos (mi agradecimiento desde aquí a todos ellos), presentaciones, mails… Vamos despacio pero con pasito firme. El boca a boca es lo que de verdad funciona, pero hay que ser paciente porque puede tardar en llegar. 
¿Cómo es el lector ideal?
Aquél que se abandona por completo a la lectura, que se deja llevar por la historia sin ideas preconcebidas, sin análisis exhaustivos y sin una exigencia previa de lo que se supone que debe encontrar. Aquél que permite que se le llene el cuerpo y la mente de sensaciones sin intentar controlarlas o redirigirlas. 
¿Qué aconsejarías a aquellos que estén empezando a escribir sus primeros textos en estos momentos?
En ese grupo me encuentro yo. Si alguien quiere darme a mí esos consejos, bien venidos son. 
¿Hoy se cuida el lenguaje literario?
El lenguaje literario, como cualquier otra cosa, también parece estar sujeto a modas. Lo que antes era literatura romántica de altos vuelos, ahora se tacha de empalagosa. Tiendo a pensar que se cuida más el lenguaje en unos géneros literarios que en otros, pero aún así, algunas veces es difícil establecer el límite entre un lenguaje literario muy cuidado y un lenguaje rocambolesco, al igual que hacerlo entre un lenguaje coloquial y aquel que, leído, resulta ser excesivamente tosco o burdo. Hay de todo. 
¿Algún género que te gustaría escribir en el futuro?
No suelo elegir un género sino una historia. Eso significa que no me importaría adentrarme en un género u otro si el argumento y la trama me convencen lo suficiente. De lo que no creo que escribiera nada es de ciencia ficción. Bueno, y del western, jaja.
¿Alguna nueva novela en proyecto?
Tengo una novela en algo más de la mitad, ligeramente atascada por una cuestión de falta de tiempo y porque he llegado a un punto muerto en el que sé a ciencia cierta lo que quiero contar pero aún no sé cómo. Cuando se me vuelva a iluminar la mente y se instauren los días de veintiocho horas, la seguiré. 
¿Alguna anécdota en tu carrera como escritor?
Con este libro sí, varias. Es que escribir en primera persona puede resultar peligroso. La gente que me conoce (aunque no en profundidad) tiende a pensar que las historias que cuento me han pasado en realidad, algunos de ellos porque opinan –erróneamente- que para describir las sensaciones y los sentimientos con tanto realismo y tanta credibilidad he tenido que sufrirlas yo en propia carne. Así es que a mi marido, el pobre, no dejan de aconsejarle que investigue si de verdad existe el tal Javier, y también le preguntan si es cierto que no me hace ni puñetero caso por culpa de los ordenadores, jaja.
Hay otra en relación al relato “Y la crisis llegó al pelo”; la fase previa fue genial. Todo se me ocurrió estando de verdad en mi peluquería habitual (¡que es mejor que la del relato, ojo!). Aquella tarde yo tenía una guasa impresionante y, repentinamente, comenzó a ocurrírseme una sarta de situaciones a cuál más absurda y disparatada. Empecé a reírme sola con una risa tonta, incontrolable, sin poderla evitar, a medida que me las iba imaginando con todo lujo de detalles. La peluquera me miraba como si estuviera loca y yo tapándome la cara con una revista, ¡qué vergüenza! Anoté todas las ideas en un sobre viejo que tenía en el bolso para no olvidarlas. Fue genial.
¿Qué influencias has tenido en tu escritura?
No me he marcado ningún referente, en ningún momento he dicho “quiero escribir como…” Pero sí es cierto que me siento muy identificada con el estilo ágil de Carlos Ruiz Zafón o María Dueñas, y que siento admiración por la narrativa pulcra y exquisita de Care Santos, a quien tuve la suerte de descubrir no hace mucho.
¿Qué estás leyendo ahora mismo?
Llevo unos días en las primeras páginas de Tierra firme de Matilde Asensi, pero me estoy planteando cambiarlo, antes de adentrarme más en él, por Entre tonos de gris de Ruta Sepetys. Vuestra reseña de hace unos días consiguió desviar poderosamente mi atención hacia este libro y creo que su temática, de momento, me atrae más. 
Recomiéndanos un libro (o varios)
Muchos de los que podría recomendaros son de sobra conocidos, así es que voy a solidarizarme con uno que no ha tenido demasiada repercusión, a pesar de haber sido uno de los finalistas del Premio Planeta en 2007: El final del Ave Fenix, de Marta Querol. Lo leí este verano y me gustó mucho.

Muchas gracias por darme la oportunidad de acercarme a vuestros lectores, es un honor tener cabida en este blog. Me gustaría, si me lo permitís, que ésta fuera una entrevista abierta también a ellos, en la que tuvieran la oportunidad de satisfacer aquella curiosidad que se ha quedado en el tintero dejando su pregunta particular en la ventana de comentarios a esta misma entrada. Yo tendré mucho gusto en contestarlas.

Gracias a todos y feliz Navidad!

Gracias a ti Mª del Pilar por concedernos esta entrevista y responderlas con tanta sinceridad. Te deseamos mucha suerte en la promoción de tu novela y animamos a todos nuestros lectores a leer "Ellas también viven. Relatos de mujer"


ENTREVISTA PUBLICADA EN EL BLOG CRONICAS DE LOS REINOS
 
  Agradezco a Eline Dieva, administradora del blog Crónicas de los Reinos, la oportunidad que me ha brindado de acercarme a sus lectores y seguidores mediante una entrevista en la que tuve ocasión de contestar algunas cuestiones tanto personales como relativas al contenido del libro.
 En este caso, la reproduzco completa, pero os invito como siempre a visitar su blog en el que podréis verla en su formato original:  Crónicas de los Reinos. 




ENTREVISTA

Eline Dieva: Empecemos hablando un poco de ti, ¿en qué momento se despertó en ti la vocación por la escritura?

Mª del Pilar: Es algo que me ha venido acompañando durante toda la vida, aunque creo que no he sido consciente de lo que realmente significaba para mí hasta hace relativamente poco tiempo. Tengo recuerdos de haber escrito cuentos de pequeña, ilustrándolos y encuadernándolos yo misma con cartulina de colores, de haber escrito múltiples poemas de amor en la adolescencia, una primera novela con diecisiete años que aún guardo en un cajón y muchos relatos cortos, tanto ficticios como reales, que nunca me planteé sacarlos a la luz.

Eline Dieva: ¿Nos podrías tratar de explicar qué significa para ti escribir?

Mª del Pilar: Es una bonita forma de expresar lo que se siente, lo que se piensa, lo que se sueña, lo que se anhela… Te permite inventar, imaginar cómo serían las cosas de haber tenido la oportunidad de vivirlas de otra manera, de disfrutar de otras muchas experiencias. Escribir una novela o incluso un relato corto de ficción, y hacerlo bien, te obliga a ponerte en la piel de cada personaje, bucear en su interior y vivenciar sus emociones, sus sentimientos, su forma de pensar, que en muchos casos puede ser diferente a la que una misma tiene, lo cual hace que te transportes momentáneamente de tiempo y de lugar y que disfrutes de sensaciones diferentes a las que nos reporta la vida real.

Eline Dieva: ¿Que te hizo decantar por crear relatos cortos en lugar de una novela tradicional?

Mª del Pilar: Tengo que confesarte que cuando ya había terminado de escribir los primeros relatos aún no me había planteado seriamente la posibilidad de acabar escribiendo un libro, así es que no se puede decir que decidiera conscientemente cambiar la novela tradicional por el relato. Digamos simplemente que me dejé llevar por lo que realmente me apetecía, que era escribir en torno a la mujer, a sus experiencias vitales y a las emociones que las acompañan; supongo que inconscientemente pensé que había tantos aspectos interesantes y diferentes que tratar, que hacerlo de forma conjunta en una sola novela sería difícil. Todas esas historias merecían una dedicación especial.

Eline Dieva: Si alguno de nuestros lectores no conoce tu libro Ellas también Viven. Relatos de Mujer, ¿cómo le explicarías lo que se puede encontrar al leerlo?

Mª del Pilar: Encontrarán la posibilidad de sumergirse, de la mano de sus protagonistas, en un mundo de vivencias y experiencias que les cautivarán, no sólo por lo que ellas viven, sino por cómo lo viven, por cómo lo perciben y por cómo lo afrontan. Tendrán la posibilidad de compartir sentimientos y emociones de alegría, amor, tristeza, pasión, intriga…, porque no podrán evitar sentirse identificados en muchos casos, directa o indirectamente, con tales experiencias, y tendrán asimismo la oportunidad de verse sorprendidos por un final que, sin duda alguna, no los dejará indiferentes.

Eline Dieva: En tu libro podemos ver situaciones muy diferentes de mujeres, algunas historias son entrañables, otras crueles… ¿alguna de ellas está inspirada en alguna situación cercana? ¿Cómo surgió la idea de crear este libro?

Mª del Pilar: A poco que miremos a nuestro alrededor encontraremos historias semejantes a las que se cuentan en cada relato; en nosotras mismas, en nuestras amigas, vecinas o en aquellas otras que nos resultan desconocidas pero que tal vez no vivan dos barrios más allá. Quizá ese sea uno de los aspectos que los hace interesantes; el hecho de pensar que aquello que leemos nos puede pasar a nosotros hace que nos impliquemos más en esa historia. La única diferencia es que cada relato incluye también, además de un trasfondo real, las pinceladas de ficción necesarias para que todos ellos contengan ese punto de intriga, emoción, pasión, incertidumbre o sorpresa propios de las novelas y relatos literarios, y que siempre esperamos encontrar cuando los leemos.
Como ya te comentaba antes, me apetecía realmente escribir en torno a nosotras, a nuestras experiencias, sentimientos, emociones… Cuando ya había escrito dos o tres relatos surgidos de forma espontánea, me planteé seguir escribiendo en esa misma línea pero sin ninguna otra pretensión. Hasta que no tuve en las manos una veintena de relatos no me planteé el hecho de recopilarlos en un solo libro bajo un nexo común: la mujer. Ahora me alegro de que fuera así, porque cuando se escribe sin presiones y sin necesidad de cumplir determinadas expectativas, las cosas salen mejor.

Eline Dieva: ¿Podremos disfrutar pronto de alguna otra publicación tuya?

Mª del Pilar: Hace un par de años comencé a escribir una novela. Estoy aproximadamente en la mitad, pero no sé cuánto tiempo me llevará acabarla. Siempre he tenido la consigna de que aquello que empiezo lo termino, pero ahora mismo me resulta difícil predecir cuándo será.

Eline Dieva: ¿Podrías explicarnos cómo ha sido (y es) tu experiencia con las editoriales?

Mª del Pilar: A decir verdad, no he tenido contacto con otra editorial que no sea Círculo Rojo. Solicité un informe de lectura del manuscrito a profesionales de la literatura para que lo analizaran e hicieran del mismo una valoración literaria, narrativa y de algunos otros aspectos y resultó ser bastante positiva, informándome incluso que era apta para que la publicaran las editoriales convencionales. Pero la opinión más generalizada al respecto es que éstas suelen apostar a los valores seguros, escritores consagrados o al menos con la suficiente repercusión mediática como para no necesitar una inversión excesiva en su promoción. Pensé, erróneamente o no, que siendo autora novel y desconocida no iba a tener mucho éxito con ellas, a pesar de las críticas positivas que ya había recibido tanto del libro como de mi forma de escribir. Me faltó paciencia para esperar una posible negativa que podría tardar meses en llegar. Pero claro, puede que me equivocara al tomar tal decisión.

Eline Dieva: ¿Por qué finalmente te decidiste a publicar tu libro mediante Círculo Rojo?

Mª del Pilar: Todas las referencias que encontré de ellos fueron fenomenales y yo ahora ratifico los comentarios positivos que otros autores hicieron de ellos. Busqué ante todo una garantía de profesionalidad, de seriedad, de buen hacer y de calidad en su trabajo, y realmente lo encontré en Círculo Rojo. Estoy encantada de haber trabajado con ellos, hacen que todo resulte fácil.


Muchas gracias, Eline, por tu entrevista y por permitirme este acercamiento hacia tus lectores y seguidores. Y enhorabuena por tu blog.

Un beso y hasta siempre.


Agradecimientos a Mª del Pilar Muñoz Álamo.
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