23 abr 2015

PORQUE SOMOS LO QUE LEEMOS...

  


    Porque somos lo que leemos... yo hoy soy Jimena.

   La conocí hace un par de años. Y se me quedó prendida al corazón como la hiedra al muro, alimentada por las emociones y los sentimientos compartidos que, si bien no atienden a una vida idéntica, sí que prestan nombre y rostro a muchos momentos en los que reflexiones de igual naturaleza nos abordan, a mí como a tantas otras mujeres, a lo largo de nuestros años de convivencia familiar.
   Jimena llegó un día a casa sin que yo supiera con exactitud cuáles eran sus intenciones. Nunca pensé que quisiera confesarse, que desnudara su alma ante mí dejándome leer la carta que, como si fuera un diario a tiempo pasado, escribió a su madre al partir de viaje, un viaje a Egipto que resultó ser una huída a la búsqueda de sí misma, una reivindicación desesperada de lo que siempre necesitó y casi nunca tuvo.
   Leí aquellas páginas sin atreverme a mirar su rostro, asustada tal vez por descubrir sus facciones suplantadas por las mías en determinados momentos hasta casi reconocerme. Con el temor de que pudiera preguntarme algo y me viera incapaz de contestarle por la congoja que me atenazaba la garganta al ser testigo de lo evidente, de lo que siempre estuvo ahí, algo tan real como repetido en nuestras congéneres, tan habitual que su magnitud y sus consecuencias se tornan triviales, livianas, sin importancia aparente cuando lo cierto es que te corroen por dentro hasta cuartearte, hasta hacerte perder tu identidad como mujer y como persona.
   ¿Dónde está el límite de la abnegación? ¿A qué altura hemos de situar la linde que da fin a un espíritu de sacrificio para dar comienzo a lo que muchos tacharían de egoísmo personal? ¿En qué medida hemos de renunciar a nuestra propia satisfacción en favor de la felicidad ajena? 
   Todo se hace en nombre del AMOR. Del amor maternal, del amor filial, del amor pasional. Pero el amor a veces es como una corriente de aguas bravas. Te erosiona, te arranca lo mejor de ti sin pedir permiso. Te absorbe, te engulle y te obliga a ser el afluente destinado a engrandecer el río al que alimenta y que circula siempre en una sola dirección hasta disfrutar de la magnitud del mar. Un río que nunca se gira, ni vuelve sobre sus pasos para compartir sus aguas con el venero que lo ayudó a crecer. Porque en el fondo piensa que él solo cumplió con su obligación.

   La conciencia se impone y el tiempo dispone. Dispone no esperarte. No entiende de concesiones, de pausas, de segundas oportunidades. Es un tren en marcha permanente sobrepasando estaciones en las que nunca más volverá a parar. Y tú las miras por la ventana y piensas que aún quedan muchas por llegar; hasta que te desplazas al vagón de cola, tu vista se pierde en la lejanía y una palabra se te atraganta y te quema como ácido en el estómago: renuncia. Y te preguntas hasta cuándo seguirás llevándola en tu vida como estandarte. Y sobre todo y ante todo, si de verdad ha valido la pena dejar de ser tú hasta el punto de convertirte en algo invisible para todos aquellos a los que amas. Hasta el punto de sentirte sola, hueca, con una ristra de frustraciones por deseos incumplidos como parte de tu curriculum vital. Por no exigir. Por transigir. Por pensar que darlo todo implicaba recibirlo, sin más.

   Soy lo que leo -y lo que escribo-. Puro sentimiento, pura emoción. Cuando tomo un libro entre mis manos no deseo que me cuenten una sucesión de hechos, no busco una historia que sea una hilación de acontecimientos, con intriga o sin ella, no me llena esa frialdad en las letras. Necesito que me sacudan, que me remuevan, que me hagan sentir. Necesito escuchar a través de lo escrito cómo respira el alma, cómo late un corazón, cómo se desboca el pulso sin que a la mente le dé tiempo a poner orden, porque el raciocinio desaparece. Jimena me sacudió, por no decir que me impactó. En parte por lo que me contó, pero sobre todo por cómo lo hizo. Sentí que se hermanaban ciertas emociones, que me pedía algunas prestadas para plasmarlas y transferirlas a través de esa carta escrita a su madre. Y estoy convencida de que esa misma sensación la ha tenido y la tendrán cientos o miles de lectoras más que conozcan su historia. 
 
   Jimena es la protagonista de "En un rincón del alma", de Antonia J. Corrales. 
   Tal vez esta no sea la novela más completa. Tal vez no sea la novela más ampliamente documentada. Tal vez no sea la novela más intrigante. Pero consiguió abrirse paso hasta mis entrañas. Lo hizo a bocajarro y sin avisar. Y allí se quedó, con el nombre de su protagonista rebotando por mi pecho como una incansable bola saltarina de color rojo, como su paraguas.

 Todavía sigue ahí. 






"Los años nos envejecen, arrugan nuestra piel, nos desgarran el alma. Desvelan todos los rincones que permanecen ocultos en nuestro sentir. Destapan los pozos negros de nuestra conciencia. Nos dejan ver los precipicios escondidos en las llanuras, camuflados en la fantasía de la ilusión y, entonces, todo comienza a parecer lo que es. Es en ese momento cuando emprendemos esa absurda carrera contra el tiempo, olvidándonos de que hemos empezado a correr a destiempo." ('En un rincón del alma').

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"Porque somos lo que leemos" forma parte de una iniciativa del grupo de facebook 
"Tarro-libros 2015" y ha nacido para conmemorar este 23 de abril, Día del Libro.
Si queréis conocer quiénes son hoy algun@ otr@s lector@s, pinchad aquí.

27 comentarios:

  1. No conocía este libro ni a su autora, investigaré un poco.
    Feliz día del libro.
    Saludos!

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    1. Me alegra habértelo dado a conocer, a mí me parece precioso. Ya me contarás si algún día, finalmente, te decides a conocerla.
      Un beso!

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  2. ¡Qué bonito Pilar!
    Yo sí conocía la novela, de verla en el mundo virtual, pero no había leído nada sobre ella.
    Desde luego si es capaz de despertar esas emociones, también me la llevo apuntada en un día como el de hoy.

    ¡Feliz día del libro!

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    1. Gracias, Bookworm!
      Despierta emociones, al menos en mí fue así. Es una historia muy real, con vivencias muy reales en las que no es difícil reconocerse.
      Un beso!

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  3. Me ha gustado mucho la metáfora del río y estoy completamente de acuerdo con el penúltimo párrafo (donde cuentas qué buscas en un libro).
    Una entrada preciosa.
    Feliz día.

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    1. Gracias!!
      Si, como yo, también buscas que te emocionen, esta novela puede gustarte, porque el sentir de Jimena se palpa a través de las letras.
      Un beso!

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  4. Puff, qué entrada tan hermosa... Me has dejado sin palabras. Y, desde luego, con esta novela anotada en la lista de pendientes desde ya. Gracias por descubrírmela.
    Feliz día del Libro!!

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    1. Gracias a ti por tus palabras!! :)
      Espero que te guste como a mí. Ya me dirás si algún día te adentras en la vida de Jimena.
      Un beso!

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  5. Qué maravilla de entrada! Jimena es muy grande y llega a los lectores muy adentro. Ya sabes que a mí también me enamoró ;)
    Besitos, guapa!

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    1. Gracias, Marga!
      Lo sé, sé que te gustó y que te enamoró, es que no es solo la historia de Jimena, también es la prosa de Antonia J. Corrales la que enamora.
      Un beso!

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  6. Lo tengo en papel porque me lo regaló un amigo, qué ganas de leerloooo!!

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    1. Yo también lo tengo en papel, además de en digital, en una edición preciosa que sacaron no hace mucho. Lo guardo como oro en paño :)
      A ver si te animas pronto!
      Un beso!

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  7. Que pasada de post!! Me has engullido desde la primera frase!! Que bien escribes!! Tan encandilada estoy, que me lo apunto sin dudar!!!!!! Sentir!!!!!! Eso me encanta en los libros!!! Besos.

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    1. Vaya!!!! Mil gracias Amylois por tus palabras!!!
      Sentimiento es la palabra que mejor define a esta novela, flota a lo largo de toda la narración. Si te encanta, entonces te animo a que la leas :)
      Un beso!

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  8. Todavía no la he leído, aunque la tengo en el kindle, pero este se queda siempre relegado ante las lecturas en papel. Intuyo que Jimena debe ser un personaje arrollador, por lo que nos cuentas, y que conmueve a golpe de sentimientos. Tengo que hacerle un hueco. Besos.

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    1. Más que arrollador, es conmovedor, emotivo y real. Sin sentimentalistmos baratos, está recreada de tal forma que muchas mujeres se sentirán identificadas con su forma de sentir. Ya me dirás si te animas a hacerle ese hueco :)
      Un beso.

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  9. Lo tengo esperándome en mi Kindle y en mi lista de pendientes. Después de leer tu reseña pienso que es hora de que le dé un empujoncito y adelante un poco su lugar en la lista ;) ¡Gracias, Pilar! Un beso ♥

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    1. Gracias a ti, Tana, por leerme! La novela se lee en un suspiro, espero que te guste cuando llegue su turno :)
      Un beso!

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  10. Me suena la portada pero no conocía el libro realmente. Qué bonito texto has creado, lleno de emociones. Te preguntas en un momento dado hasta qué punto va la pena dejar de ser uno mismo. Nunca vale la pena ese sacrificio. Nunca. No es egoísmo querer ser uno mismo ni en aras del amor ni nada. Es un derecho.
    Lo dicho, que me ha encantado tu entrada. Todo, además, buena nota del libro.
    Besines y muchas gracias, Pilar, por unirte a la iniciativa.

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    1. Yo también lo creo, Carmen, creo que todo tiene un límite y la abnegación no puede ser infinita, también hemos de querernos y mimarnos a nosotros mismos.
      Gracias a ti por esta iniciativa, ha sido muy original y muy interesante leer a mis compañer@s. Espero poder unirme a alguna otra que se te ocurra :)
      Un beso!

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  11. Ay! Pilar, qué entrada más bonita has hecho a Jimena. Terminaba de escribirte un comentario y la red se lo ha llevado, creo que debe estar en ese rincón del alma tan nuestro. Te decía que me has hecho estremecer. Gracias por darle vida a Jimena en tus palabras, porque tu texto tiene vida propia, otra vida paralela a mi obra. Gracias, compañera de letras, amiga y Mujer, mujer de agua. Es un verdadero honor que una escritora como tú haya elegido a un personaje de una de mis obras, la obra que más me ha dado y que más me costó publicar, para esta entrada. Mañana lo colgaré en las redes, en mis páginas y en mi blog, lo haré con orgullo, con satisfacción porque me he sentido muy honrada. Todas somos un poco Jimena, todas la llevamos ahí dentro. Nos vemos en el camino, compañera del alma, compañera!

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    1. Hay personajes con los que no conectas, otros con los que empatizas y otros tan reales que terminas hablando con ellos de tú a tú, que sientes muy próximos a ti porque su historia y sus emociones las vives, las palpas, y te hacen descubrir que mucho de lo que tú considerabas como algo personal es más común y habitual de lo que pensabas.
      En un rincón del alma es la vida real novelada, escrita de una forma preciosa y con una mujer como protagonista que bien podría ser una de muchísimas mujeres de las que nos rodean, incluso nosotras mismas. Y eso cala. Y mucho.
      No dejo de recomendarla, y todavía no he encontrado a quien no me diga que es preciosa con una sonrisa boba en la cara.
      Un beso, Antonia!! :)

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  12. Esta novela lleva tiempo llamándome la atención y después de leer tu bellísima entrada... sé que acabará en mis manos.
    Un besin

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    1. Ya nos contarás lo que te parece a ti, Anuca, si finalmente la lees :)
      Un beso!!

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  13. He visto este libro por la blogosfera pero no había leído ninguna reseña aún, creo. No me suena. Parece digna de conocer esta Jimena tuya.

    Besos!

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    1. Tú sabes al igual que yo que las novelas y los personajes no calan igual en unos lectores que en otros; aunque muchas veces coincidamos en algunos de ellos, las emociones que despiertan pueden variar sustancialmente. A mí Jimena me removió y la novela me encantó, por eso te diría que sí, que es digna de conocer. Pero ya me dirás si a ti te emociona, Estefanía, si es que te decides a leerla :)
      Un beso!

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  14. que bello reseña!!! invita a leerlo! gracias!

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